miércoles, 19 de agosto de 2015

Adiós muchacho...

Desde que te conocí que fuiste viejito, o al menos así te veía yo, con tu cabeza casi toda pelada y con el poco pelo que tenías de color blanco. Desde el primer recuerdo que tengo de ti siempre fuiste esa figura de hombre tosco, hombre bruto, el "hombre de la casa" hecho y derecho. Lo que decías se hacía, y ¡Ay! quien te llevara la contra.

Desde siempre fuiste aperrao, pero te conocí muy tarde en tu vida y ya solo te quedaban tus historias. Esas de día domingo después de almuerzo, esas de cuando eras cabro e ibas al puerto por sandía. O cuando nos contabas cuando te habían metido preso, aún que solo fue por una noche y por un error. Y la que más te gustaba, la historia de como criaste de potrilla al gran amor de tu vida. O esas típicas historias que terminaban con "habrá muerto ya..." cuando hablabas de algún "cabro" que trabajaba contigo. Tantas historias, tantos recuerdos. Tantos almuerzos, tantos miércoles de pescao frito con papas cocidas, tantos sábados de tallarines y tantos domingos de almuerzos ricos y las brevenotas de la Biobio.

No fuiste sólo un abuelo, fuiste el padre que nos falto a mis primos y a mi. Nos criaste como si fuésemos tus hijos. Eras la voz de mando en la casa. Nos diste el ejemplo a seguir como hombre. Eras el complemento perfecto de la Weli, ella siempre tan pasiva y tu siempre tan activo en todo lo que hacías.

Me imagino cómo te habrá recibido allá, en donde sea que estén, seguro que con un "viejo pesao que te demoraste en llegar". Hace 14 años que estaban separados, y al fin se reencontraron. Me siento tranquila por eso, por que se que están juntos; y que seguramente te estás riendo de cuanta plata gastó la gente en flores para ti. Se que debes sentir pena, cosa que nunca nos demostraste, al dejarnos. Pero quiero que sepas que estaremos bien. Que haremos lo posible para que la familia no se separe.

Tus hijas estarán bien, con el tiempo; nosotros, tus nietos, nos encargaremos de darles ánimo y de apoyarlas. Aún es muy pronto, así que no te preocupes si nos ves derramar lágrimas al pasar por el pasillo fuera de tu pieza, o al escuchar algún tanguito. Gardel seguirá cantando, de eso me encargo yo y lo sabes, siempre te lo dije. Gardel es la herencia que me dejaste, y perdón si no lo escucho mientras te escribo, pero, como dije antes, es muy pronto.

Fuiste mi tata y mi padre, fuiste el que puso las reglas en la casa y el que nos retaba por estar hasta las tantas de la noche con las luces prendidas. Fuiste el que me iba a dejar al colegio de pequeña, y el que recibía contento los regalos del día del padre que hacíamos en el colegio. Fuiste tantas cosas. Fuiste historias y recuerdos. Fuiste mañas y alegrías. Fuiste y serás siempre el mejor hombre que he conocido.

Pero tu luz se fue apagando de a poco, fue doloroso y complicado, para ti y para todos nosotros. El gran hombre que fuiste empezaba a desaparecer y nosotros teníamos que empezar el proceso de dejarte ir. Lamento que no hayas podido ver tus caminitos, pero tu cuerpo no te lo permitía. Espero que estés descansando, que te hayas reído de todos nosotros quienes te llorábamos; por que sé que te causaba risa el llorar por un muerto. Estamos tranquilos sabiendo que ya no sientes dolor y que estás en calma, junto a tu Chela, tu viejita que tuvo que esperar 14 años para volver a estar a tu lado. Cuídanos desde allá, junto con tu madre y tu Chela, junto a tus hermanos que partieron antes que tu.

Desde siempre y para siempre, gracias.


1 comentarios:

  1. Al leer estas palabras solo me recuerda a mi abuelo, creo que son historias muuuy parecidas, también es como mi padre y se lo importante que es para uno un abuelo que te crió y te dio tanto amor. Lo siento muchisimo, creo que sentiré lo mismo cuando el se vaya, te entiendo. Te quiero mucho y un graan abrazo, tendrás un hermoso angelito que te cuidará hasta que se vuelvan a encontrar. Mucha fuerza!

    ResponderEliminar

© Clover & Nag, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena